He tardado mucho en volver desde mi último post, pero es que a veces no se escribe porque te haya abandonado la inspiración, a veces es porque es tanto lo que tienes que decir que el embotellamiento no te deja sacar las palabras.
Quería contar muchas cosas sobre
Kenia antes de marcharnos. Las tenía apuntadas para que no se me olvidasen: ‘
los Matatu Matata’, ‘el beso de las jirafas’, ‘La muerte de Keko-keko’, ‘Kenia
versus Kenia’, ‘Julio en Kenia’, ‘ Mi vida en Kenia’, ‘La marcha de Kenia’, ‘Los
Safaris’, ‘Los proyectos futuros’, ‘Mi prima Marta, algún día en Kenia’…y ‘Gracias
a nuestra gente de Kenia’.
No sé si en estos días de
transición me dará por cumplir con los temas pendientes, pero el último no lo
dejo en el tintero. Así que en homenaje a nuestra gente de Kenia.
Desde que llegamos a Kenia fuimos
tropezando con todo tipo de gente, unos se convirtieron en nuestros amigos,
cómplices, compañeros y, hasta en ocasiones, fueron familia. Ellos son los que nos
han guiado en nuestro periplo por Kenia, los que nos han enseñado este país y
con los que hemos vivido nuestros días aquí.
Esta vez digo los nombres
completos: Empezando por Iñigo, nuestro compañero de casa, la primera persona
que conocimos y la que nos introdujo en las leyendas de Kenia. Porque Iñigo
sabe contar historias siempre con un punto novelístico. Ángeles, que fue el
principio y el final de Kenia, una mujer enérgica y risueña que entraba y salía
en casa como un huracán de buen rollo. Olatz y Francis, nuestros primeros
amigos, con los que hicimos nuestra primera excursión, con los que conocimos a
la gente turkana y el coraje de empezar de cero en una tierra como ésta. Olatz fue
mi confidente y mi hombro en muchas ocasiones y Francis un compañero de
aventuras para Julio. Nuria, todo corazón energía, valentía y determinación,
ocupada como nadie pero siempre disponible para ti. Nuria nos ha obsequiado con
una bolsita que contiene un mapa de Barcelona y sus llaves, por si necesitamos
un hogar cuando lleguemos. Las mexicanas lindas: Marlene y Xochit, a las que se
unieron Valeria y Rocío. Ellas fueron las que me dieron la riqueza de Kenia,
las que me ofrecieron conocer Kibera, las que me llenaron el espíritu de amor
limpio. Xochit es sabiduría, comprensión, cariño y de las mejores personas para
las mejores charlas, y Marlene, no tengo palabras para expresar lo que ha sido Marlene
para mí: mi maestra, mi amiga, también mi confidente, mi cómplice, mi alegría y
mi sonrisa. Lo único que me quedó pendiente con Marlene fue una buena
borrachera. Marta y Abdil, llegaron casi al final pero aportaron lo mejor de
ellos desde el primer día: compañía, curiosidad, historias de mil mundos y amor,
el que sienten entre ellos que contagia a todo el que les acompañe…
Raúl y Cristina. Nuestros
enkerendes. Nuestro apoyo, nuestros oídos, nuestros consejos, nuestro respiro y
nuestros amigos para siempre. Y 'los safaris'. He dejado a los safaris para el
final porque llegaron con más del meridiano de nuestra estancia aquí, pero supusieron todo desde que los conocimos. ‘Los
safaris’ son aquel grupo de amigos incondicional con el que siempre cuentas
para todo, con todo y en cualquier lugar. Son puertas de bienvenida, hogares
que te recogen, ventanas que te dan aire. Los safaris son: Estefan y Delfín, él
elegante, afable, cariñoso y siempre de buen talento; ella, siempre sonriente y
responsable con el cuidado del mundo; Melissa y Rocío, madre e hija, acompañante
de las cenas, dulzura con cierta melancolía, pero siempre con buena cara;
Ash, Jonny y Oliver, madre, padre e hijo geniales en el triangulo y por
separado que vivieron y viven una historia que merecería ser contada (si un día
me dan permiso, me encantaría ser la narradora); Oscar y Clara, ¡madre mía
que pareja!, positivos, animados, dulces y con su punto cómico (sobre todo por
las cosas que les pasan aquí con un coche que yo me sé); Virginia y Javi: a la
primera, lo sé, me pegaría como una lapa porque es de esas personas que nunca
me aburría en una charla, y Javi es el primero que vio algo en nosotros que le
mereció la pena, un truhán con un corazón enorme. Y, finalmente, Tony y Asha,
el corazón y el alma de ‘los safaris’
que representan todo lo bueno de Kenia: experiencia, mucha experiencia,
generosidad, cariño, hospitalidad, organización, planes, compañerismo, disfrute, viajes, amistad,
cachondeo, alegría, diversión…Son los que pacientemente ven marchar a los
amigos y los recogen en sus regresos. Son los que esperarnos
encontrarnos en nuestra vuelta a Kenia…algún día.
Y como esto lo escribo yo, para
mí Kenia también ha sido Julio, mi compañero. A ti cariño, gracias amor por ofrecerme
esta experiencia, por cuidarme, por soportarme y por resistir.
Todos sin excepción han creado
nuestra vida en Kenia. Son los que nos hacen ver Kenia tal y como la hemos
vivido, son los que nos han hecho querer Kenia y son por los que algún día
volveremos a Kenia.
Gracias a todos de corazón y hasta pronto. Allí dónde
estemos siempre serán muy bienvenidos.
Hoy es nuestro último día en
Kenia. Yo viví en Kenia 5 meses y 10 días. Julio, 5 meses y 17 días
Pd: Algún día este post llevará fotos...
Pd: Algún día este post llevará fotos...
:) sin más...
ResponderEliminarAy que bonico, que bonico.........
ResponderEliminarQue os quiten lo bailao y ahora a por la siguiente aventura